MENSAJE DE NAVIDAD DEL SUPERIOR GENERAL
Michael Brehl,
C.Ss.R.
Queridos
Cohermanos, Hermanas, Asociados y Amigos:
En
nombre de la Congregación del Santísimo Redentor les deseo a todos ustedes una
muy santa y feliz Navidad.
Al
celebrar el nacimiento de Jesús, contemplamos el misterio de la Encarnación de
la Palabra de Dios. El nacimiento de
todo niño es un signo de esperanza, un signo de que Dios sigue creyendo en
nosotros. Al celebrar el nacimiento del Hijo de Dios,
nos regocijamos porque Dios es el Emmanuel, Dios con nosotros, uno más de
nuestra humanidad.
Los
Documentos Finales del XXIV Capítulo General nos invitan a todos a tomar una
mayor conciencia de nuestra solidaridad misionera.
Esta solidaridad misionera, que viene claramente expresada en nuestras
Constituciones, se fundamenta en la solidaridad
del Dios-con-nosotros, que es el corazón de la Encarnación. Solidaridad con los abandonados y con los pobres, solidaridad
en la misión, solidaridad económica, “cercanía a la gente”, es el reflejo de
que todo absolutamente lo abarca la inicial
solidaridad de Dios-con-nosotros, que celebramos en la Navidad, especialmente
con el nacimiento de Jesús, Hijo de Dios e
Hijo de María.
Los
congregados saben bien que sólo a la luz del misterio del Verbo encarnado se
esclarece realmente el misterio del hombre y el sentido
auténtico de su vocación integral. De este modo hacen presente en toda su
plenitud la obra de la redención, testificando que
todo el que sigue a Cristo, hombre perfecto, se hace más humano (Constitución
redentorista 19).
Que
al celebrar este año la Navidad, el Espíritu de Jesús nos introduzca más
hondamente en el misterio de nuestra humanidad de
modo que también nosotros podamos crecer en nuestra solidaridad misionera –
mutuamente entre nosotros y con toda la gente.
Que,
al igual que María, nuestra Madre del Perpetuo Socorro, guardemos y meditemos
en nuestro corazón el tesoro de este misterio.
Su
hermano en el Redentor,
Michael Brehl,
C.Ss.R.
Superior
General
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