"Tenemos las respuestas técnicas a muchas de nuestras
preocupaciones pero nos falta el cambio en nuestros comportamientos.
Necesitamos decisiones valientes y establecer alianzas, aunque a veces no son
fáciles de llevar a cabo. Necesitamos principios que nos guíen. Necesitamos la
conversión y el valor de actuar de un modo diferente para poder participar en
un nuevo modo de desarrollo para todos."
La
reconciliación con la Creación
y cómo podemos colaborar nosotros
Pedro Walpole presenta algunos
aspectos de la Doctrina Social de la Iglesia en relación con las cuestiones del
desarrollo humano y la ecología, y su mutua integración. Compartió nueve puntos
básicos para analizar la reconciliación con la Creación en un encuentro
con profesionales y profesores católicos de la Diócesis de Purwokerto,
Indonesia, que contó también con la presencia del obispo Juliano Kemo Sunarko,
SJ.
Dondequiera que miremos hoy el mundo,
encontramos ansiedad e incluso conflicto, a poco que miremos un poco más
allá de nuestra seguridad habitual y de nuestras zonas de confort. Esta
situación nos confronta cada vez más a la ecología, es decir, a la forma en que
usamos los recursos y el medio ambiente en que vivimos. Hoy tenemos una gran
cantidad de argumentos científicos, pero nos falta la conversión moral – el
compromiso de ser moralmente responsables-.
Tenemos las respuestas técnicas a muchas
de nuestras preocupaciones pero nos falta el cambio en nuestros
comportamientos. Necesitamos decisiones valientes y establecer alianzas, aunque
a veces no son fáciles de llevar a cabo. Necesitamos principios que nos guíen.
Necesitamos la conversión y el valor de actuar de un modo diferente para poder
participar en un nuevo modo de desarrollo para todos.
Las empresas financieras no son felices
hoy en día, muchas de ellas están perdiendo dinero. También hay mucha gente
pobre no sólo en Asia sino también en los países occidentales. La crisis
financiera y el uso especulativo de los recursos (tanto si se trata de la
construcción de presas o la promoción del aceite de palma) están contribuyendo
a la inestabilidad social.
El Papa Benedicto XVI escribió en Caritas in Veritate:
“Sin la caridad y la verdad, no vamos a tener un verdadero desarrollo humano.
Es posible que tengamos desarrollo económico, pero no desarrollo humano”. Sus
escritos condensan la tradición de la Doctrina Social de la Iglesia que nos
mueve a compromisos concretos. Al mismo tiempo, nos desafía a encontrar el
rostro del Creador en la Creación de hoy, un retorno a la experiencia mística
del libro de la naturaleza, que hoy en día se encuentra bajo el dominio de la
ciencia.
Podemos indicar nueve puntos para destacar
la necesidad de la reconciliación con la Creación.
1. La paz y las conexiones con
la ecología
El Papa Benedicto XVI ve la ecología de la
naturaleza, la ecología humana y la ecología social, interactuando
necesariamente juntas para que podamos tener una respuesta integrada. En el
cuidado del medio ambiente, él sostiene dos criterios: la libertad responsable
y el bien común. Se trata de buscar estilos de vida, o cómo organizamos
nuestras sociedades, de modo que todos trabajemos según estos principios. Él
dice que la casa de la familia humana es la tierra. Cuando el ser humano se
considera ser supremo, es necesario que “exhibamos frente a la naturaleza la
misma libertad responsable que reivindicamos para nosotros”. Este es el
contexto de la paz.
2. La conversión a un imperativo moral
Nuestro mundo necesita una “conversión
ecológica”, dijo el arzobispo Celestino Migliore, observador permanente de la
Santa Sede en las Naciones Unidas en Nueva York, EE.UU., en octubre de 2006.
Tenemos que comprender la urgencia y la importancia de que todos somos
responsables de proteger el medio ambiente más allá de nuestros estudios sobre
el medio ambiente y el desarrollo. Esto es lo que llamamos un imperativo moral
subyacente. No es posible eludir la responsabilidad, lo que significa que
tenemos que internalizar el problema, analizarlo con los demás, hacerlo a
diferentes niveles para determinar lo importante y los comportamientos que
deberíamos cambiar.
3. El cambio de comportamientos
y de estilo de vida
Nuestra actitud debe cambiar, pero sólo
las leyes no cambian nuestra actitud. Es posible un cambio de actitud porque hay
un cambio del corazón, y no sólo un cambio de mentalidad. El cambio de
mentalidad cambia nuestra forma de pensar, pero no necesariamente nuestro modo
de actuar. Se trata de un cambio de comportamiento que surge del compromiso
personal. Esta es una lucha larga y el Papa Benedicto XVI no nos está dando
soluciones técnicas sino más bien muestra el desafío moral de cambiar nuestra
forma de vivir, así como reconoce profundamente que el medio ambiente está
sufriendo, y advierte que debemos cambiar nuestros hábitos de consumo además de
que debemos exigir una mayor transparencia pública. Aunque puede parecer
irrelevante lo que se hace en la cocina, dada la magnitud del problema de la
gestión de los residuos en las ciudades cualquier esfuerzo por compostar y reciclar
pueden suponer una diferencia real. Se nos anima a asumir compromisos que sean
realmente asumibles, y a promover alternativas que hagan la vida sostenible.
4. Decisiones valientes y
alianzas
Los pueblos indígenas tienen mayor
afinidad por la tierra y la diversidad de la vida. Los agricultores también
tienen fuertes relaciones con la tierra y el clima pues es allí donde han
entregado su vida. La población urbana disfruta visitando los parques y
jardines botánicos, pero persevera en sus patrones de consumo, y de generación
de residuos, que muestran cómo se han roto las conexiones con la tierra y el
agua. A veces es difícil encontrar la gratitud y la humildad para reconocer que
la tierra, y el mar, nos dan de comer. Se nos pide dar un “SI” decisivo para proteger
la creación; y un compromiso fuerte para invertir las tendencias que conducen a
las situaciones de degradación irreversible. Tenemos que saber los límites que
no debemos traspasar. Conocemos las pruebas del cambio climático y, sin embargo
seguimos comprometiendo el futuro a favor del crecimiento económico presente.
Así gran parte de la extracción de recursos naturales es incontrolada, y por lo
tanto no hay responsabilidad de su gestión. Nuestro consentimiento de estas
situaciones mediante el consumo parece que justificarían estas situaciones. .
Estas son cuestiones fundamentales para
mí, y son sustrato constante para mi oración y reflexión, pues sin ellas
nuestras acciones no promoverán necesariamente la reconciliación con la
creación y además debilitarían también nuestra alianza con los otros.
5. Principios rectores de la
gestión ambiental
La doctrina social católica apoya los
principios del “patrimonio común de la humanidad”, “la responsabilidad del
Estado”, “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, “equidad
intergeneracional e intrageneracional.” Todo esto guía nuestro sentido del “uso
adecuado de recursos“ y la "integridad de la creación”, pero no son
suficientes. El principio de “responsabilidad de proteger” tiene que ser
fortalecido como esencial para buscar la seguridad global y en última instancia
para la protección de los derechos humanos.
6. Modo de desarrollo
El Papa Benedicto no tiene respuestas a la
crisis financiera, pero habla sobre el desarrollo que está impidiendo a miles
de millones de personas pobres en el mundo el acceso al desarrollo económico.
Allí donde hay dinero para la construcción o para la minería pero no para la
vida de la población, hay una gran injusticia. En Asia, hay una competición por
construir presas con las que se hace mucho dinero legal e ilegal, pero en
realidad no están al servicio de auténticas necesidades. Hay dinero en la
extracción de diamantes y oro, y además, el oro está mezclado con otros
minerales, pero la extracción de cualquiera de estos recursos no es esencial
hoy en día, mientras que las personas y el medio ambiente sufren. ¿No podemos
parar y hacer realidad el análisis social y ambiental necesario para tener
sociedades más trasparentes? Si queremos ayudar a la gente a encontrar empleos
dignos, este no es el camino. Parece que sólo se pueden construir grandes
presas, mientras que muy pocos plantean la construcción de pequeñas represas
para promover comunidades sostenibles.
El sometimiento al desarrollo tecnológico
no es garantía de que se esté al servicio del bien común, pues podemos obtener
beneficios económicos pero descuidando los requisitos para lograr el desarrollo
humano.
7. Uso especulativo de los
recursos financieros
La crisis financiera ha surgido por una
especulación abusiva. Esto debe evitarse, ya que “cede a la tentación de buscar
únicamente un beneficio a corto plazo, sin tener en cuenta la sostenibilidad a
largo plazo de la empresa, sus beneficios a la economía real y la atención a la
promoción, en modo adecuado y oportuno, de nuevas iniciativas económicas en los
países necesitados de desarrollo”. Benedicto XVI continúa:” Es cierto que la
exportación de las inversiones y formación, puede beneficiar a la población del
país receptor. El trabajo y los conocimientos técnicos son un bien universal.
Sin embargo, no es adecuado exportar estas cosas simplemente para obtener
condiciones ventajosas, o peor aún, con fines de explotación, sin hacer una
verdadera contribución a la sociedad local, ayudando a lograr un sólido sistema
productivo y social, un factor esencial para desarrollo estable” (Benedicto
XVI: Caritas in Veritate, 40.).
8. El desarrollo humano
integral en la caridad y la verdad (Caritas in Veritate)
El mayor problema que he encontrado entre
las persona con las que he trabajado en cuestiones medio ambientales es que o
bien que se queman y abandonan, o si siguen implicadas, se vuelven escépticas
de que se vayan a producir los cambios necesarios en la sociedad. Resulta muy
necesario para perseverar tener una gran fidelidad a la verdad; volver de
nuevo sobre determinados acontecimientos, y establecer lo que es conocido y
necesario para actuar correctamente. En este sentido no podemos idealizar, o
esperar demasiado, de la situación presente, debemos mantener un compromiso
estratégico y viva la esperanza. Nuestra relación con Cristo es fundamental
para recorrer el camino de la responsabilidad social y la responsabilidad de la
creación. Tal fidelidad es la “garantía de la libertad (cf. Jn 8,32) y la
posibilidad de un desarrollo humano integral.” Es a partir de esta base como
podemos rechazar “el fundamentalismo del libre mercado y la polarización
simplista de éste frente a un gran intervencionismo del gobierno como
solución”. Necesitamos una nueva inspiración que promueva el cambio personal y
la transparencia en nuestros sistemas económicos y sociales que informe
nuestras acciones por la justicia, el bien común, y la integridad de la
creación.
9. Rostro del Creador en la
Creación
Encontrar esto es un reto para nosotros:
redescubrir el rostro del Creador en la Creación y comprender las
responsabilidades que surgen de esta relación, desarrollando la dimensión ética
de este estilo de vida. Tenemos que encontrar tanto la ocasión de conversión
como la estrategia para hacer ese cambio.
Entonces, ¿cómo podemos
responder y actuar?
Al reflexionar sobre lo anterior, y al
discutir estas cuestiones con el profesorado de la escuela, es útil saber si
hay grupos que expresan sus preocupaciones, si este encuentro puede servir para
canalizar esa reflexión y para tratar de analizar la verdad de esta situación,
y si esto puede ser adaptado en la media que surge la preocupación por conectar
con otras instituciones, al tiempo que intentamos promover una toma de
conciencia que nos lleve a actuar.
Las siguientes son algunas preguntas que
pueden orientar la reflexión:
1. ¿Dónde me sitúo yo en esa red de
relaciones con Dios, con los otros, con la creación?
2. ¿Cómo respondo a la llamada para “sanar
a un mundo roto?”
3. ¿Qué valores y relaciones
institucionales ayudan a comprometerse en una acción ecológica y por la
sostenibilidad?
4. ¿Qué valores puedo encontrar y puedo
comunicar para implicar a los jóvenes?
5. ¿Qué significa la creación de redes y
la incidencia pública en mi comunidad, en la sociedad y en la economía?
Encuentra acciones que te permitan
participar. Busca la verdad. Haz preguntas. Reconoce la verdad, permanece en la
verdad y busca la justicia. La justicia lleva al perdón y a una vida mejor para
aquellos que han sufrido. Desear una “vida buena” más que una vida mejor quita
motivaciones económicas y asegura el medio ambiente para el futuro.
ecojesuit.com