También hoy, dirigiéndose a la familia humana profundamente marcada por una grave crisis económica, pero antes de nada de carácter moral, y por las dolorosas heridas de guerras y conflictos, la Iglesia repite con los pastores, queriendo compartir y ser fiel al hombre: «Vamos derechos a Belén» (Lc 2, 15), allí encontraremos nuestra esperanza.
BENEDICTO XVI
MENSAJE URBI ET ORBI
Navidad, martes 25 de diciembre de 2009
vatican.va